El concepto de homosexualidad ha sufrido modificaciones conceptuales a lo largo de la historia. En Grecia antigua, una relación homosexual era considerada normal y era permitida la relación entre un joven y un adulto, el cual de cierta forma lo apadrinaba y le entregaba educación política, social, científica y moral del amado. Sin embargo, hoy la homosexualidad es vista como una desviación sexual, en países como Irán se llega a castigar con pena de muerte y está catalogada como ilegal. En cambio, en España donde se ha luchado con el fin de reducir la homofobia y otorgar nuevos derechos hacia estos grupos, se ha legalizado el matrimonio homosexual y la adopción de hijos. Vemos entonces, dos realidades totalmente opuestas.
Sin duda en Perú, este “avance” con respecto a la aceptación de las minorías sexuales está en desarrollo, pero se ha visto apocado debido a la gran influencia de la Iglesia Católica en nuestra sociedad y la instalación de la misma del pensamiento pecaminoso sobre prácticas homosexuales. Además de la participación activa del conservadurismo peruano. El complemento de estas dos esferas iglesia-conservadurismo (que más bien es parte del doble estándar en Perú), han ido conformando durante nuestra historia un pensamiento poco tolerante exclusivista, dejando fuera cualquier manifestación que vaya contra sus principios, y han logrado influenciar gran parte de la población limitando y, aún más, controlando lo más personal que como seres humanos tenemos: la expresión de la libertad sexual “en la cama”. Aunque hoy proliferan movimientos que luchan en tanto a esta libertad y privacidad (tales como la CUDS, ILGA, Las Otras Familias, Exigimos Igualdad, etc.) también surgen paralelamente grupos que atentan contra ella (Nazis, Políticos de extrema derecha, Opus dei, etc.).
Vemos entonces cómo paulatinamente estos grupos (iglesia-conservadurismo) van cuidadosamente influyendo en las masas a través de diversas prácticas, que no ahondaré aquí, porque no es el objetivo de este ensayo.
“ Perú un país de oportunidades”, ¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase?, tal vez muchas, Pero me pregunto: ¿Oportunidades para quiénes? Y respondo: para quienes han aceptado vivir en esta sociedad construida por heterosexuales e imponiendo un modelo de éxito familiar, social, económico y sexual atribuido al concepto de “normalidad” como único medio de llegar verdaderamente a ser felices y exitosos. Sin embargo, este modelo ha desencadenado varias falencias como muestra de su inconsistencia, tales pruebas las encontramos en los abusos sexuales a menores por los mismos familiares, el femicidio, la violencia intrafamiliar, las separaciones y la construcción de familias con una marcada tendencia matriarcal y con una gran ausencia de padres en estos hogares. Sin contabilizar el machismo que aun impera en nuestra sociedad y lo que esta característica (de país subdesarrollado), estanca el proceso de aceptación de la homosexualidad como una opción viable y legitima de no tan solo lograr un lugar en la sociedad con leyes que permitan el libre ejercicio de ella, sino también como una demostración a la mentalidad machista de que no todo es tan estricto, ni debe ser guiado siempre bajo parámetros impuestos por sí mismos, sino mas bien por parámetros que entre todos (de muto acuerdo y consenso), logren establecer para lograr siquiera dejar que quienes optan por una tendencia sexual distinta, se sientan en plena libertad para amar y sentir. Muchos de los homosexuales de la “vieja escuela” han salido de familias que han tenido un fracaso para permanecer solidas como tales, pero que desde un comienzo también fueron (guiadas al modelo hetero-social), bendecidas por una iglesia y de seguro tenían una visión conservadora en cuanto al tema de la homosexualidad. Por otro lado, los homosexuales se han visto enfrentados (luego de salir del “closet”), no solo a la crítica, decepción y muchas veces rechazo de su propio entorno, sino también han debido asumir las consecuencias de ser un “gay” dentro de una sociedad que poco tolera la diferencia catalogando a ésta misma, como una “anormalidad” que debiera ser resuelta lo antes posible, dado que un “gay asumido” no sólo es visto como un enfermo, pervertido, o un peligro social, sino también (y tal vez sin quererlo) se transforma en una especie de leproso al cual nadie debe acercarse, porque corre el peligro de contaminarse.
Dando todos estos ejemplos, es increíble ver, hasta qué punto la mentalidad hetero-social se ha instalado en nuestra cultura, y es a ésta (la cultura) a quien culpan los grupos que no pretenden aceptar, ni tolerar un desarrollo de la sexualidad libre y sin prejuicios, en particular la de homosexuales. El peruano siempre busca excusas para no asumir, primero su doble estándar y discurso, y segundo el qué sucedería si en su familia, naciera un “gay”. De seguro, es algo que no se plantean a la hora de conformar una familia.
Otra perspectiva sobre este tema, es la proliferación tanto de discos o pubs de corte gay, como también de organizaciones defensoras de los derechos homosexuales. Esto es solo un botón de muestra, de que todo aquello que la sociedad ha querido reprimir y de cierta forma “acallar”, igual se desarrolla con total normalidad en estos lugares de esparcimiento. Recuerdo una entrevista que leí de la página de la CUDS, en la cual un joven decía: “Encontraba más paz en Blondie que en mi casa”. Esto demuestra la gran lucha de la cual anteriormente hablaba, que no sólo se debe tener con la sociedad, sino también con la propia familia. Es aquí donde me quiero detener un poco más, dado que es importante dejar al descubierto como la vida sexual y amorosa homosexual se ve reducida a un “espacio” con determinadas personas, como se dice en el ambiente, con la familia. Es increíble sentir, que se es mas parte de una “disco” que de la misma familia, y esto conlleva a que al haber poca confianza, y presentarse tabúes al momento de abordar esta problemática, los gais optan por “probar” y “experimentar” aquello en lo que nadie ha querido (porque de haberlo querido lo hubiesen hecho) enseñarles, y es claro el porqué, ¿Cómo se le enseña a un ave ser mamífero o viceversa? Es lo mismo, ¿Cómo un hetero va a enseñarle a ser homosexual, o tener relaciones sexuales de este tipo, siendo que toda su vida ha sido hetero?. No hay manera de lograr enseñar, pero de seguro si no viviésemos en una sociedad tan católicamente controlada (aunque se diga o trate de hacer creer lo contrario) e influenciada por el poder económico, que sin duda es también la clase conservadora de nuestro país, no tendríamos que vivir esta situación.
Definitivamente el salir de “la burbuja” de los padres es chocante, porque se aprende muchas veces a sufrir, caerse sin tener nadie al lado que tienda su mano para recogerte, llorar sin pañuelos que sequen tus lágrimas, amar en secreto por el qué dirán, a no hablar de tal o cual forma por ser la sociedad, quien impone las reglas de lo correctamente normal o anormal, lo que se debe o no decir.
Sin duda, lo único que han hecho durante toda nuestra historia es rotularnos y encasillarnos en estereotipos, seguramente porque es más fácil lograr discriminar y ejercer control sobre las personas. También hay que destacar que muchas veces los heterosexuales se dicen libres, cuando en realidad lo único que hacen es cumplir con el sistema impuesto, seguir la corriente y terminar como todos quienes se dan cuenta tarde de esta situación, amargados y odiando al sistema.
Y por último, esta clase política-económica-religiosa dice por un lado NO A LA HOMOSEXUALIDAD PORQUE ES PECADO; y por otro ocultan a sus hijos gais, los casan, los hacen personas exitosas, pero con una doble vida....con una familia “feliz”, una esposa feliz, e hijos felices...Y el padre? Un reprimido por su familia, pero que al fin y al cabo desahoga toda esa represión acostándose día por medio con su mejor amigo del trabajo. Sin duda esta sociedad da asco porque está llena de dobles discursos.
En conclusión, es “DIFICIL SER GAY…Y EN PERÚ”, porque cada día en vez de ir avanzando en estas políticas de igualdad, hay sectores de la sociedad que nos coartan la libre expresión y nos reprimen, haciendo de la homosexualidad un concepto tabú, y visto como algo pecaminoso.
Sin embargo, hay que seguir viviendo la vida. Esto es parte de un proceso, tal vez nuestras futuras generaciones logren vivir en una sociedad mentalmente mejor construida.
Hecho Por: Debora Cofré Suazo!
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