jueves, 7 de julio de 2011

La prostitución

Ubicado en la ética y en la moral en las páginas de este ensayo argumentativo, entorno a algunos problemas morales específicos: aborto, drogadicción, corrupción, prostitución, etc.; opto por hablar principalmente de la prostitución porque está vinculada con esos otros problemas; además, creo que es principalmente a nosotros los jóvenes a quienes pueden ser útiles estas reflexiones. La prostitución; en estas páginas vista en uno de sus aspectos más maquiavélicos (es decir, es cierto que existe tanto como los políticos corruptos, el narcotráfico, los pederastas, el secuestro, y otras inmoralidades en la sociedad); en ocasiones es resultado de la ignorancia, la pobreza y la inmoralidad de algunos seres humanos (hay otras causas.) Es practicada por algunos hombres y algunas mujeres; aquí solamente la abordo pensando en las mujeres -no obstante, lo que aquí digo es extensible en muchos casos a los varones. Además, más bien hablo de la prostitución en nuestra época; y sostengo como tesis principal que ha crecido. En la Primera Parte sostengo que ha crecido entre las jovencitas, y la prueba es el hecho real presentado en el libro Sin tetas no hay paraíso; obra que refleja también la influencia que ha tenido en ella el narcotráfico, que también ha crecido. Entonces, ejemplifico con Colombia. (Prostitución. De esa palabra hay muchas definiciones, me quedo con esta: dar placer sexual a cambio de dinero, u otros beneficios. Sinónimos: cortesana, meretriz, puta, ramera, arrabalera, etc.; alude a envilecimiento y degradación.) En la Segunda Parte presento el caso abordado por Jean-Paul Sartre, en su obra La puta respetuosa; caso que me hace preguntar ¿puede una prostituta ser respetuosa? Sí. La respuesta nos lleva a entender otra razón por la cual ha crecido la prostitución. Y sorprendido porque otro Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, aborda el tema en su genial libro Memorias de mis putas tristes (seguramente un título que es una metáfora, así como su contenido), en la Tercera Parte introduzco mi postura moral respecto al asunto, tomando como referencia solamente su libro y no ninguna metáfora. Cierto, las pocas hojas que aquí dedico a tan polémico asunto son una aventura que me lleva a decir que, no pretendo escribir todo lo que me es posible sino más bien contribuir al debate, enriquecer con otros granos la moral que tanta falta nos hace; con la esperanza de que, informarnos y razonar entorno a la prostitución ayuda a prevenirnos de sus males; aun si sabemos que hay quienes ven algo bueno en ella (en algunos países es legal; Suiza, etc.)


El libro Sin tetas no hay paraíso, del colombiano Gustavo Bolívar Moreno, nos plantea el caso real de Catalina, que, desde niña de 13 años, fue seducida por el dinero y los lujos que la prostitución y los mafiosos en Colombia proveen; se prostituye. Pero, ella vive que para obtener un mejor lugar dentro de su grupo se ha de tener unas tetas de gran tamaño, por eso decide que se las implanten de silicón sin importar que aún no se ha desarrollado lo suficiente su cuerpo. Con esa trama nos introducimos a la prostitución en Colombia, que está vinculada al narcotráfico; son una tragedia. Ahí, si algún día transitamos por algunas de sus calles, o en otro país tan pobre de LA, podremos ver afuera de algunas preparatorias y secundarias grandes camionetas de narcotraficantes, cuyos conductores conversan íntimamente con niñas y adolescentes, con la complicidad de las autoridades, para posteriormente llevarlas a lugares más privados y apartados. Ante eso uno puede preguntarse ¿por qué ellas permiten este tipo de interacciones sexuales? Podemos responder con una palabra, supervivencia. Algunos verán eso como una exageración, pero no lo es si nos ponemos a analizar el aumento del desempleo y la pobreza, debido a los pésimos gobiernos latinos llenos de corrupción, intereses egoístas y, por supuesto, debido a que olvidan al pueblo y su compromiso con él. Como ya dije, eso ha llevado a una pobreza extrema por la que las prostitutas, antes de serlo, se han visto obligadas a hacerse esta pregunta vital en los últimos años: ¿comer o no comer? La historia ha demostrado que la pobreza lleva a un aumento en la deserción escolar, y ésta a un aumento por igual en la delincuencia, y por lo tanto a un aumento de la prostitución; volviendo casi imposible obtener un trabajo honesto, transformándose en un círculo vicioso. Bueno, aquí el punto no es criticar los pésimos gobiernos latinos sino decir que principalmente la pobreza, y junto con ella la falta de educación, en particular en valores morales, ha orillado a la gente a concentrarse únicamente en una cosa: sobrevivir a toda costa. Luego entonces, la imagen de ellas, las prostitutas en el libro Sin tetas no hay paraíso, queda resumida con estas palabras moralistas: “...muy ignorantes, muy plásticas, muy esclavas, muy dependientes, muy objetos, muy estúpidas, muy locas, muy pendejas, muy indignas, muy denigradas, muy pusilánimes, muy degradadas, muy ambiciosas, muy inescrupulosas, muy resumidas, muy desenamoradas de sí mismas. Debemos considerar esta realidad: hay jóvenes que la practican, servidoras y usuarios, ante eso hace falta prevenir por ejemplo del VIH; informando, es decir no es tema solamente para adultos.

Otra muestra de los efectos de la prostitución nos es presentada por Jean-Paul Sartre en La puta respetuosa; junto al problema racial en los Estados del Sur, de los Estados Unidos; su brutalidad, es decir el abuso de poder para con los oprimidos, en este caso personificados en una prostituta y un negro, acusado injustamente y perseguido. Sucede que en esta obra el verdadero sentido de la ética y la justicia solamente sobrevive en los personajes habitualmente marginados. Al mismo tiempo, en la obra, quienes tienen el poder son los líderes de la corrupción y el engaño. Gracias a eso, el filósofo y dramaturgo francés deja en claro esta contradicción que acosa a la sociedad contemporánea: por un lado vivimos la capacidad manipuladora de cabecillas sin escrúpulos que son los políticos que gobiernan, y por el otro el que ostentan la justicia. Vemos en la obra la sistemática injusticia a que son sometidos la prostituta y el negro. Así, la angustia y el desamparo se constituyen en otros de sus razonamientos más agudos, de Sartre; todo lo cual lleva a término, en esta obra, con una mezcla de síntesis y crudeza, de severidad y pulcritud, de modo tal que es capaz de arrojar luz sobre costados habitualmente oscuros de la realidad. Ante todo eso me pregunto ¿puede una prostituta ser respetuosa? Sí, en esta obra por ejemplo de los derechos de los negros en contradicción con su defensa de los derechos de los blancos, sus clientes; los respeta y los protege a ambos como quisiera ser ella algún día respetada y protegida; pero, por aceptar esa contradicción ve sometida su dignidad, lo cual concluye su cliente burgués cuando le dice a la prostituta en la parte final de la obra: “FRED (político burgués). — ...Te haré mi amante. Te instalaré en la colina, al otro lado del río, en una casa bonita con un parque. Te pasearás por el parque todo lo que quieras, pero te estará prohibido salir de allí; soy muy celoso. Iré a verte tres veces a la semana, ya anochecido: el martes, el jueves, y el sábado hasta el lunes. Tendrás criados negros y más dinero del que hayas podido soñar nunca, pero me tolerarás todos mis caprichos. (Ella acepta y él le dice) ...todo ha vuelto al orden.”
Otro colombiano, Gabriel García Márquez, en su novela Memoria de mis putas tristes, me sorprendió porque es de pederastas el que un adulto y una menor de edad tengan relaciones sexuales. Y más me sorprendió el personaje principal, un anciano de 90 años que el día de su cumpleaños decide regalarse una noche de sexo con una niña virgen de 14. Pero, ¡oh sorpresa!, se enamora de la joven. En el transcurso del relato describe sus vivencias con otras prostitutas y cómo encuentra significado a la vejez por medio del amor. Insistamos, antes él había sido cliente asiduo en particular de una prostituta desde que era una adolescente, la que ahora le consigue a la virgen, pese a que le expresa que siempre lo ha querido a él y que hubiera sido su pareja ideal. Ante esa evidencia para él, él le dice que quiere amar pese a sus 90 años, quiere amar a esa joven de 14. La anciana le dice: “- Haz lo que quieras, pero no pierdas a esa criatura. No hay peor desgracia que morir solo.” Luego entonces, si bien estamos ante los efectos de la nostalgia en el personaje, también estamos ante una moral y ante una ética decadente propias del capitalismo. La siguiente cita textual resume esa decadencia: “En mis noventa años en lugar de esperar con tranquilidad la muerte, decidí festejar premiándome con una doncella virgen, así que recurrí a “una amiga” de correrías llamada Rosa Cabarcas, que decía que la moral es cosa del tiempo, y yo siendo un hombre de principios, ahora la entiendo. “-¡Ay mi sabio triste!,” contestó en el teléfono ella, “¿Cómo una virgen y urgente?, ¿Qué te quieres probar?” ”
La prostitución puede ser vista como un acto inmoral individual, pero debe también ser vista como el resultado de la decadencia social, es decir es el efecto de un mal gobierno, la pobreza, la ignorancia, la falta de oportunidades, principalmente; siendo entonces algunas causas del por qué ha aumentado en nuestro siglo. No debe espantarnos verla en la calle como no nos espanta ver a políticos corruptos, ello nos debe hacer buscar las causas; si bien, debemos cuidarnos, porque es fuente por ejemplo de infecciones –VIH y otras ETS- y está frecuentemente vinculada al narcotráfico, el robo, etc.; si bien ha sido legalizada en algunos países (por ejemplo en Suiza y en algunos otros países.) En fin, si bien puede haber inmoralidad por parte de quienes la practican, usuarios y usadas(os), debemos también pensar en las causas. Sin embargo, quizás equivocadas las mujeres, y equivocados los hombres, que se dedican a ese oficio, no debemos ser inocentes al creer que va a ser fácil acabar con la prostitución, puesto que tenemos como enemigos por ejemplo a quienes piensan como “...la dueña de una casa clandestina, que no cree en la pureza de los principios. -También la moral es un asunto de tiempo, dice, con una sonrisa maligna...”*; no obstante, soy optimista al creer que siempre existirá la opción para todos los seres humanos de ser educadas y educados en valores morales -dicho eso con palabras de Jean-Paul Sartre: “Abrigo la esperanza de un mundo mejor como mi concepción de la vida

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