jueves, 7 de julio de 2011

Amor

Hola mi nombre es Alejandro, pero ahora no tiene mucha importancia, no me gustan las cosas muy forales así que nada mas díganme Alejo ;). Me gusta ser como soy aunque en ocasiones suelo ser demasiado fregado es mi personalidad y qué?!
 Pero todo cambió cuando la conocí, ella era de tez clara, ojos grandes marrones como el chocolate, estatura regular y con una finura al caminar que a ninguna chica le había visto, su cabello era de tres colores (algo muy raro por cierto, ella me dijo que era natural) un marrón de la misma tonalidad de sus ojos, un poco de rubio y otro poco de rojo; era maravillosa, ah! Y al hablar era como escuchar a las misas musas griegas, está bien lo tengo que aceptar que babeo por ella, sí lo digo con orgullo soy pisado. Para que ella me dé bola fue muy difícil, primero porque me palteaba hablarle y cuando lo logré (de una forma muy difícil ser su amigo) no me atrevía a pedirle que esté conmigo. Hasta que una de sus amigas me dijo que ella también sentía algo por mí, así que me dije si al menos no lo intento no sabré si es verdad. Así que un día la busqué a su casa, como buen amigo que era, ella me abrió, linda como siempre, me invitó a pasar y me dijo que la esperara cinco minutos, que se hicieron demasiado largos, hasta que apareció. Yo la quería llevar al cine, pero ella no quiso entonces estuvimos caminando sin rumbo, lo cual fue idea suya, hablamos de trivialidades, hasta que sin muchos rodeos le dije lo que sentía, claro que cuando terminé ella estaba con las mejillas de un hermoso color carmesí, y yo apenas hablando porque los nervios me ganaban. Entonces no aguanté, cogí su mano con la mayor delicadeza, porque me daba miedo cual iba a ser su reacción y la miré a los ojos y le dije: ¿Quieres ser mi enamorada? Mi corazón saltó de mi pecho y por un instante sentí que la sangre ya no circulaba por mi cuerpo, ella bajó la mirada, luego la subió miró al horizonte, me miró con esos hermosos ojos y me dijo que sí. Entonces de a poco me fui acercando a ella y mis labios rozaron los suyos muy delicadamente y ella me besó, fue tan, tan no sé cómo explicarlo pero sé que a partir de ese día soy demasiado feliz con ella.

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